El colesteatoma es un crecimiento anómalo de piel dentro del oído medio y/o la mastoides. No es un tumor maligno, pero destruye estructuras (huesecillos, pared ósea) al expandirse y puede provocar infecciones crónicas, pérdida auditiva, vértigo y, en casos avanzados, complicaciones graves. La buena noticia: con diagnóstico precoz y cirugía bien planificada, la mayoría de pacientes se recupera y se evitan secuelas.
En HearinIT apostamos por un diagnóstico profesional y un acompañamiento ético. Si necesitas una valoración audiológica o un centro cercano para coordinar pruebas y seguimiento, visita el directorio de centros auditivos.
Qué es exactamente un colesteatoma
Se trata de una bolsa o masa de tejido epitelial (piel) que crece donde no debería: habitualmente detrás del tímpano, en el oído medio, pudiendo extenderse a la mastoides. A medida que acumula queratina, ejerce presión y libera enzimas que erosionan hueso y articulaciones de la cadena osicular (yunque, martillo, estribo). El resultado típico es otitis crónica con supuración intermitente y pérdida de audición conductiva; cuando compromete el oído interno o el nervio, puede añadirse componente neurosensorial y vértigo.
Síntomas más frecuentes del colesteatoma
Aunque cada caso evoluciona distinto, hay un patrón clínico reconocible. Lo más habitual es otitis media crónica con:
Secreción del oído (otorrea), a veces maloliente, que reaparece tras tratarse.
Hipoacusia progresiva (habitualmente conductiva) y sensación de oído tapado.
Acúfenos (zumbidos) y, menos frecuente, vértigo o inestabilidad.
Dolor o presión no siempre presentes; en fases avanzadas puede haber sangrado.
Cualquier asimetría marcada de audición, supuración persistente o episodios repetidos que no responden a tratamiento justifica una valoración dirigida.

Por qué aparece: causas y factores de riesgo
Hay dos grandes vías de origen:
Adquirido (el más común). Suele comenzar por un problema de ventilación del oído medio. Una disfunción de la trompa de Eustaquio (alergias, rinitis crónica, adenoides grandes, secuelas de otitis) genera presión negativa y una retracción del tímpano (bolsa de retracción). Esa bolsa atrapa piel que crece hacia dentro y forma el colesteatoma. Traumatismos o cirugías previas del oído también pueden favorecerlo.
Congénito (menos frecuente). Restos celulares embrionarios quedan atrapados detrás de un tímpano íntegro; suele detectarse en niños con hipoacusia unilateral sin antecedentes de otitis.
Otros facilitadores: infecciones mal resueltas, malformaciones del oído, fisuras del paladar y situaciones que perpetúan la obstrucción nasal.
Diagnóstico: cómo se confirma el colesteatoma
El proceso combina exploración clínica y pruebas complementarias. La otoscopia identifica bolsas de retracción, perforaciones, tejido blanquecino y signos de inflamación. La audiometría define el tipo y grado de pérdida (conductiva, mixta o con componente neurosensorial) y guía decisiones terapéuticas; si quieres saber cómo es la prueba, revisa audiometría: para qué sirve y cómo es. En la mayoría de casos, el ORL solicita TC de peñascos (consolida extensión en oído medio/mastoides) y, en escenarios seleccionados, RM para valorar complicaciones o recidivas.
Objetivos del diagnóstico: confirmar la presencia, conocer la extensión, medir el impacto auditivo y planificar la cirugía con el mejor pronóstico funcional.
Tratamiento: ¿cómo se cura un colesteatoma?
El tratamiento de elección es quirúrgico. Los antibióticos y las gotas ayudan a controlar la infección, pero no eliminan el colesteatoma. La cirugía busca extirpar completamente la lesión, sanear el oído medio/mastoides y, cuando es posible, reconstruir el sistema de transmisión del sonido.
Técnicas habituales (según extensión y anatomía)
Timpanoplastia: reparación del tímpano y tratamiento de bolsas de retracción.
Ossiculoplastia: reconstrucción de la cadena osicular con injertos o prótesis (PAR, PORP/TORP).
Mastoidectomía: limpieza de celdillas mastoideas; puede ser con preservación de pared posterior (CWU) o con eliminación de la pared (CWD), según el caso y riesgo de recidiva.
La elección depende del tamaño, la extensión, el estado de la cadena osicular y antecedentes. En colesteatomas extensos es común planificar cirugía en dos tiempos para revisar y, si procede, completar la reconstrucción.
Recuperación, recidiva y seguimiento
Tras la cirugía, el objetivo inmediato es oído seco (sin secreción) y, a medio plazo, recuperar audición funcional. Es normal que la claridad mejore gradualmente mientras cicatriza. El riesgo de recidiva existe, especialmente en casos con bolsas de retracción amplias o extensión mastoidea; por eso se necesitan revisiones periódicas con otoscopia, audiometría y, a veces, RM de difusión. La higiene nasal, tratar alergias y controlar rinitis ayudan a mantener una ventilación adecuada del oído medio.
Si tras la cirugía queda hipoacusia relevante, la adaptación con audífonos (a veces con molde para estabilidad) puede devolver claridad y reducir la fatiga auditiva. El ajuste con REM es clave para asegurar la ganancia real en tu tímpano.
Colesteatoma en niños: particularidades
En pediatría el colesteatoma puede crecer rápido y afectar el desarrollo del lenguaje y el rendimiento escolar. Por eso se prioriza el tratamiento precoz y un seguimiento estrecho. Señales de alerta en peques: supuración que reaparece, higiene del oído difícil por dolor, retraso en el habla o necesidad de subir mucho el volumen de pantallas.
Preguntas clave antes de la cirugía (para hablar con tu ORL)
Antes de decidir, resuelve estas dudas con tu especialista:
¿Qué extensión tiene mi colesteatoma y qué técnica propone?
¿Se prevé reconstrucción de la cadena osicular en el mismo acto o en un segundo tiempo?
¿Cuál es el riesgo de recidiva en mi caso y qué seguimiento necesitaré?
¿Qué resultado auditivo es esperable y cuándo se reevaluará con audiometría?
Un plan claro reduce ansiedad y permite preparar apoyo en casa/trabajo para el postoperatorio.
Cuándo acudir de urgencia
Consulta de inmediato si aparece dolor intenso, supuración con fiebre alta, vértigo severo, dolor detrás de la oreja con inflamación, parálisis facial o dolor de cabeza inusual; son signos de posibles complicaciones que requieren atención médica rápida.
El colesteatoma se cura con cirugía bien indicada y seguimiento cuidadoso. Identificarlo a tiempo evita pérdida auditiva permanente y complicaciones. Si notas supuración persistente, oído tapado y caída de audición, no lo dejes pasar: solicita valoración. Si necesitas apoyo para pruebas y elección de centro, puedes localizar profesionales cercanos en nuestro directorio de centros auditivos.