Fabricados a medida a partir de un molde del canal auditivo, los audífonos intrauriculares se insertan parcial o completamente en el oído. Su principal ventaja es la discreción, aunque también ofrecen buenos resultados acústicos y comodidad.
IIC (Invisible-In-Canal) o MicroCIC
Son los modelos más pequeños y discretos del mercado. Se alojan profundamente en el segundo centímetro del canal auditivo, muy cerca del tímpano, lo que mejora la percepción del sonido de forma natural.
Características clave:
Totalmente invisibles desde el exterior.
Proporcionan una ganancia acústica natural de entre 3 y 7 dB.
Requieren buena destreza manual para su colocación y extracción.
Utilizan pilas tipo 10, con menor autonomía.
Indicados para pérdidas leves o moderadas.
CIC (Completely-In-Canal)
También se alojan dentro del canal auditivo, aunque dejan visible una pequeña parte trasera (faceplate). Pueden incorporar controles básicos como pulsadores para cambiar de programa.
Ventajas:
Muy discretos.
Posibilidad de personalización en adaptaciones binaurales.
Pila tipo 10.
Buena opción si se busca discreción sin renunciar a funciones simples.
ITC (In-The-Canal)
Más grandes que los CIC, permiten incorporar funcionalidades como micrófonos direccionales, control de volumen o conectividad Bluetooth. Se ven solo si se mira de cerca hacia el oído.
Destacan por:
Mayor autonomía (pila 312).
Mejor manejabilidad.
Versatilidad para pérdidas leves a moderadas.
ITE (In-The-Ear)
Ocupando la totalidad de la concha del oído externo, estos modelos permiten incorporar tecnología avanzada gracias a su tamaño. Son visibles, pero muy cómodos y fáciles de manipular.
Indicados para:
Pérdidas moderadas a severas.
Personas con menor destreza manual.
Necesidad de controles físicos amplios y claros.